El Fundación Aliados ha fichado al internacional israelí Peleg Salzman para reforzar su plantilla, si bien su llegada está prevista para después del parón liguero, una vez se cumplimenten los trámites burocráticos, que son los que han frenado la del canadiense Westley Johnston al conjunto morado, a quien se espera en Valladolid la próxima semana.
Salzman, quien sufrió la amputación de una pierna en 2014, debido a un accidente de tráfico, no tardó en destacar en su país, donde se ha convertido en pieza importante del combinado nacional de baloncesto en silla de ruedas. No es el primer jugador israelí que se incorpora al equipo dirigido por José Antonio de Castro, puesto que aún es reciente la participación de Allon Dor Onn, compañero de Salzman en la selección y valedor de esta nueva incorporación.
Con una puntuación funcional de 4.0, y procedente del Beit Halochem de Tel Aviv, Salzman llegará al Fundación Aliados para aportar más intensidad en el juego interior y más alternativas al esquema táctico, que se verá más completado con la, a priori, inmediata incorporación de Johnston.
Meritorio esfuerzo ante la escasez de banquillo
No está siendo fácil el mercado de fichajes esta temporada, y eso se ha reflejado en diversos equipos españoles, incluido el Fundación Aliados, que ha trabajado con ahínco para confeccionar una plantilla de calidad que permita seguir logrando objetivos, pero que se ha encontrado con frenos administrativos, como en el caso del canadiense, o con obstáculos en forma de lesiones.
La última ha sido la de José Luis Robles, quien sufre un hematoma interno en el cuádriceps femoral de la pierna derecha, a causa de las cinchas de la silla de ruedas de competición, que le obligará a parar durante, al menos, un mes. Eso ha complicado aún más la situación del equipo vallisoletano, que ya adolecía de falta de recambios, y que se ha visto forzado a jugar con una sola rotación, en el mejor de los casos, y con puntuaciones funcionales que no han llegado a los 11 puntos.
Hay que recordar que en el baloncesto adaptado se permite contar con un máximo de 14.5 puntos en la cancha, los cuales se reparten en virtud del porcentaje de discapacidad de los jugadores, es decir, que cuanta más alta es la puntuación de estos –la máxima es de 4.5 puntos- menor es el grado de discapacidad. Por tanto, esto significa que el Fundación Aliados está compitiendo con puntuaciones muy bajas, lo que influye en el juego del equipo y en la forma de afrontar los partidos, ya que, normalmente, son las puntuaciones altas las que determinan los mismos.
Eso no ha impedido que el cuadro morado haya podido sumar dos victorias, lo cual resulta muy meritorio, teniendo en cuenta tantos factores en contra, merced a la capacidad de entrega, compromiso y sacrificio de todos los jugadores del equipo, que se han “aliado”, nunca mejor dicho, para sacar todo lo que llevan dentro y pelear cada encuentro, sin renunciar a nada.
El club confía en que, por fin, Westley Johnston pueda incorporarse a la disciplina del conjunto vallisoletano la próxima semana, y que el nuevo jugador israelí lo haga, al menos, antes del regreso a la competición doméstica –esta se detendrá el 13 de noviembre, hasta el 8 de enero-, ya que el reto sigue siendo llevar el nombre de la ciudad a lo más alto.